El yacimiento de San Miguel III

En noviembre de 2006, durante el transcurso de una campaña de prospecciones llevada a cabo en el término municipal de Castejón de Monegros localizamos una serie de yacimientos inéditos, entre  los que se encontraba el yacimiento íbero-romano que aquí os presentamos, San Miguel III. Desde aquel momento fuimos conscientes de la excepcionalidad del asentamiento, tanto por su ubicación como por la extensión y entidad de los restos conservados. Sin duda estábamos ante el yacimiento ibérico más importante documentado en los Monegros y posiblemente en la provincia de Huesca. Comenzaba pues la tarea de descubrir los secretos que guardaba San Miguel III.

Tras diversos trabajos previos y transcurridos algunos años, por fin, el pasado diciembre de 2012 llevamos a cabo la primera campaña de excavaciones. En ella, decidimos centrar nuestra atención sobre uno de los puntos donde se apreciaba que los restos estaban más afectados por la erosión. El primer objetivo era pues, salvaguardar una información que estaba destinada a desaparecer en pocos años,

Los resultados de esta primera intervención no pudieron ser más esperanzadores, pues constatamos una potencia estratigráfica más que aceptable, lo que indirectamente nos confirmó que en otras áreas del yacimiento los restos enterrados deben gozar de una excelente conservación y que podemos contar con amplias secuencias estratigráficas, básicas para la interpretación de los procesos históricos acaecidos en el poblado.

EL YACIMIENTO.

El yacimiento íbero-romano de San Miguel III, se situaría en momentos posteriores a la las acciones que el cónsul romano M. Porcio Catón llevó a cabo en el Valle del Ebro y que a la postre significarían el inicio de lo que se ha venido mal llamando la “romanización”.

Detalle de una de las estancias excavadas.

Detalle de una de las estancias excavadas.

Por la extensión del yacimiento que puede adivinarse mediante la prospección superficial y por las características constructivas que hemos documentado podríamos considerar a San Miguel III como el núcleo central y aglutinador del poblamiento de los siglos II y I a.C., a orillas del Alcanadre. Un núcleo que habría agrupado la población de los asentamientos anteriores dispersos y abandonados con la presencia romana. Ante todo esto, nos formulamos una pregunta: ¿Podría ser que nos encontrásemos ante la ciudad ilergeta de Orkia que citaba Ptolomeo (Ptol. II, 6, 68) a orillas del río Alcanadre y que Rodrigo Pita Mercé situaba en las proximidades de Albalatillo?

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Restos de un hogar.

EL PROYECTO

Sin San Miguel III no se entendería ArqJub. El principal y más urgente objetivo de la Asociación es el de llevar a cabo una segunda campaña de excavaciones lo antes posible, para evitar que este yacimiento continúe en el olvido.

El plan de acción establecido va más allá de la mera realización de una excavación arqueológica en un recinto ibérico. Si bien la actuación sobre San Miguel III tiene como objetivo principal la obtención de datos arqueológicos sobre esta importante, a la vez que oscura,  etapa histórica en los Monegros, en Huesca y por consiguiente en Aragón, el proyecto no olvida otros aspectos como ofrecer a la comarca un Bien susceptible de ser objeto de un programa de desarrollo turístico de calidad o la dinamización social de un pequeño municipio mediante la posible puesta en marcha de un Proyecto Cultural.

Como saben algunos de los arqueólogos que integran la Aociación, hay que ser consciente de la excepcionalidad de San Miguel III y de su relevancia científica, sin parangón en la provincia de Huesca, pero también como monegrinos hay que ser aun más conscientes de las posibilidades que ofrece a nuestra comarca. por este motivo, nuestra Asociación  va dirigida a todas aquellas personas interesadas en el mundo de la historia y la arqueología, pero también a aquellos habitantes de Monegros, desde Sena hasta Pallaruelo pasando por Castejón, a todos aquellos que sientan esta comarca como suya.

 

Escritas estas pinceladas, esperamos que os leáis esta propuesta y valoréis si merece la pena que continuemos, ¿Os sumáis?